Tres exazules han marcado goles a su exequipo
La campaña pasada Rubiato
anotó tres a su exequipo
Se trata de una epidemia, o más
bien de una pandemia. Cada vez que el Real Oviedo se enfrenta a un equipo en el
que milita un exjugador suyo, un escalofrío recorre el cuerpo de los
aficionados carbayones. Y es que los temores de los oviedistas están bien
fundados. La temporada pasada rememorábamos los dos tantos de Borja Rubiato a
los azules con el Zamora (que acabaron siendo tres, con el que anotó con el
Alcalá), o el de Nacho Méndez con el Caudal en la primera vuelta.
En otras campañas la tónica había
sido similar. Oli marcaba con el Betis en su primera visita al Carlos Tartiere,
al igual que Diego Cervero, cuando se estrenó en el municipal ovetense con la
camiseta de la UD Logroñés. Además, el ariete lo hizo en dos ocasiones; en el
partido de vuelta volvió a marcar.
Iker Alegre celebra el gol del pasado domingo. Hugo Álvarez |
Pero hay más motivos para
preocuparse esta temporada. Si ayer repasábamos el elevado número de tantos
recibidos por los azules, en el día de hoy podríamos encontrar una explicación:
muchos de esos conjuntos tenían exoviedistas en sus filas. Ni más ni menos que
tres exjugadores celebraron tantos frente al que fuera su club en otras
campañas.
La broma comenzaba en Burgos. El
gran primer tiempo de los azules acabó eclipsado por el tanto de Galder
Cerrajería, en la segunda mitad. El mediocentro fue uno de los futbolistas que
más goles anotó con el Real Oviedo la pasada temporada, cuatro. Y por ello no
faltó a su cita con el gol en El Plantío.
La semana siguiente el Noja
visitó Oviedo con, ni más ni menos, que cinco exoviedistas en sus filas (Owona,
Kily, Rubén García, Xavi Moré y Nacho Rodríguez), por lo que la estadística era
sencilla, si los cántabros anotaban un gol, sería fácil que su autor hubiera
portado la azul en alguna ocasión. Así fue. Al término del primer tiempo
ocurrió. Nacho Rodríguez recortaba distancias para el equipo costero. Y en la
segunda mitad Xavi Moré se convertía en asistente para certificar el empate.
En Tanos se llega a la hipérbole.
El Tropezón había firmado esa misma semana a Pedro Dorronsoro, exguardameta
azul en Primera y Segunda División. El portero no jugó ese día, pero como si la
maldición entendiera de consanguineidad, fue su hermano Alberto quien puso el
1-2 en el marcador.
Cerrajería aplaude a la afición azul en Burgos. Hugo Álvarez |
La visita de la UD Logroñés
supuso un soplo de aire fresco. No tenían ningún exazul en sus filas. Sin
embargo, sí que consiguieron anotar en el Tartiere. Por suerte, los goles de
David Fernández y Pardo dieron la vuelta al encuentro.
Pero el domingo en Ourense se
volvió a las andadas. En el club gallego, Iker Alegre y Óscar Martínez estaban
en el once inicial que Luisito puso en liza. Y ambos participaron en los dos goles
locales en O Couto. Óscar Martínez, aprovechándose del error defensivo azul,
cedió la pelota a Borja Valle. En la segunda mitad, tras volver loco a Sergio
Rodríguez en varias ocasiones, puso el 2-1 definitivo.
La anécdota puede pasar a
convertirse en una psicosis particular de los oviedistas. Resulta curioso que
tres goles de los siete encajados tengan autores exoviedistas, y en otros dos,
participaran otros tantos futbolistas con pasado en el Real Oviedo. Para
redondear, otro de ellos, lo anotó el hermano de un ex del Carlos Tartiere.
Solamente la UD Logroñés se libra de la maldición. Pero ojo, los azules no
deben confiarse, porque el domingo llegan dos exjugadores azules en las filas
del Coruxo, Yago Yao y Miguel Centrón.
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