miércoles, 25 de septiembre de 2013

La epidemia de los ex se mantiene esta temporada


Tres exazules han marcado goles a su exequipo
La campaña pasada Rubiato anotó tres a su exequipo

Se trata de una epidemia, o más bien de una pandemia. Cada vez que el Real Oviedo se enfrenta a un equipo en el que milita un exjugador suyo, un escalofrío recorre el cuerpo de los aficionados carbayones. Y es que los temores de los oviedistas están bien fundados. La temporada pasada rememorábamos los dos tantos de Borja Rubiato a los azules con el Zamora (que acabaron siendo tres, con el que anotó con el Alcalá), o el de Nacho Méndez con el Caudal en la primera vuelta.


En otras campañas la tónica había sido similar. Oli marcaba con el Betis en su primera visita al Carlos Tartiere, al igual que Diego Cervero, cuando se estrenó en el municipal ovetense con la camiseta de la UD Logroñés. Además, el ariete lo hizo en dos ocasiones; en el partido de vuelta volvió a marcar.


Iker Alegre celebra el gol del pasado domingo. Hugo Álvarez
Pero hay más motivos para preocuparse esta temporada. Si ayer repasábamos el elevado número de tantos recibidos por los azules, en el día de hoy podríamos encontrar una explicación: muchos de esos conjuntos tenían exoviedistas en sus filas. Ni más ni menos que tres exjugadores celebraron tantos frente al que fuera su club en otras campañas.


La broma comenzaba en Burgos. El gran primer tiempo de los azules acabó eclipsado por el tanto de Galder Cerrajería, en la segunda mitad. El mediocentro fue uno de los futbolistas que más goles anotó con el Real Oviedo la pasada temporada, cuatro. Y por ello no faltó a su cita con el gol en El Plantío.


La semana siguiente el Noja visitó Oviedo con, ni más ni menos, que cinco exoviedistas en sus filas (Owona, Kily, Rubén García, Xavi Moré y Nacho Rodríguez), por lo que la estadística era sencilla, si los cántabros anotaban un gol, sería fácil que su autor hubiera portado la azul en alguna ocasión. Así fue. Al término del primer tiempo ocurrió. Nacho Rodríguez recortaba distancias para el equipo costero. Y en la segunda mitad Xavi Moré se convertía en asistente para certificar el empate.


En Tanos se llega a la hipérbole. El Tropezón había firmado esa misma semana a Pedro Dorronsoro, exguardameta azul en Primera y Segunda División. El portero no jugó ese día, pero como si la maldición entendiera de consanguineidad, fue su hermano Alberto quien puso el 1-2 en el marcador.


Cerrajería aplaude a la afición azul en Burgos. Hugo Álvarez
La visita de la UD Logroñés supuso un soplo de aire fresco. No tenían ningún exazul en sus filas. Sin embargo, sí que consiguieron anotar en el Tartiere. Por suerte, los goles de David Fernández y Pardo dieron la vuelta al encuentro.


Pero el domingo en Ourense se volvió a las andadas. En el club gallego, Iker Alegre y Óscar Martínez estaban en el once inicial que Luisito puso en liza. Y ambos participaron en los dos goles locales en O Couto. Óscar Martínez, aprovechándose del error defensivo azul, cedió la pelota a Borja Valle. En la segunda mitad, tras volver loco a Sergio Rodríguez en varias ocasiones, puso el 2-1 definitivo.


La anécdota puede pasar a convertirse en una psicosis particular de los oviedistas. Resulta curioso que tres goles de los siete encajados tengan autores exoviedistas, y en otros dos, participaran otros tantos futbolistas con pasado en el Real Oviedo. Para redondear, otro de ellos, lo anotó el hermano de un ex del Carlos Tartiere. Solamente la UD Logroñés se libra de la maldición. Pero ojo, los azules no deben confiarse, porque el domingo llegan dos exjugadores azules en las filas del Coruxo, Yago Yao y Miguel Centrón.

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