Los azules certifican su presencia segura en la promoción de ascenso
El equipo de Granero no dieron
sensación de peligro en un mal encuentro
Real Oviedo: Orlando
Quintana; Iván Rubio, David Fernández, Mantovani, Álvaro: Iker Alegre (Fran
Sol, minuto 76), Aitor Sanz, Cerrajeria (Héctor Simón, minuto 81), Señé; Manu
Busto (Xavi Moré, minuto 46) y Diego Cervero
Coruxo F.C.: Fernando;
Costas, Yago Yao, Alberto García, Pastoriza (Abenza, minuto 51); Rafa Mella,
Yosu, Antunez, Centrón (Besada, minuto 61); Sergi y Samuel (Álvaro Cano, minuto
90)
Malas sensaciones. Al menos eso
es lo que los 9.300 espectadores que acudieron al Carlos Tartiere pueden sacar
en claro del encuentro de ayer. El equipo asturiano no creó peligro de manera
clara a lo largo de todo el encuentro, y pese a ver cómo se clasifica de manera
matemática para el playoff, es adelantado por el Caudal de Mieres en la tabla clasificatoria.
Un Real Oviedo sin apenas tensión competitiva no logró inquietar la puerta
defendida por Fernando.
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Los azules no carburaron. Jonás Sánchez |
Los carbayones mostraban así su
mala versión, tras el buen encuentro cuajado la semana anterior en el Coliseum
Alfonso Pérez. El Real Oviedo no dio sensación de solidez en ningún momento del
encuentro y se vio totalmente incapaz en la faceta ofensiva, si bien es cierto
que atrás no tuvieron excesivos apuros.
Y eso que los prolegómenos
invitaban al optimismo. El Padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz,
realizaba el saque de honor en el Tartiere, como forma de concluir la campaña
de recogida de alimentos, que se saldó con más de once toneladas de comida que
irá destinada a los menos favorecidos.
Granero decidía no introducir
excesivas modificaciones en el once. Únicamente Iván Rubio era la novedad
respecto a Getafe. El conquense entraba en el lateral derecho desplazando a
David al eje de la zaga. En el resto de la convocatoria, Casares, una vez
recuperado se volvía a quedar fuera de la lista, al igual que Pedro Baquero,
que gozó de descanso.
El encuentro incitaba a la
siesta, solamente Señé, con algún destello de calidad, era capaz de centrar la
atención del público. En el minuto 16, Busto, desde fuera del área tuvo una
clara ocasión que el meta gallego
desviaba a córner. Fue de lo poco que aportó el cántabro en todo el
encuentro. A medida que transcurría la
primera mitad, el equipo azul se iba contagiando del conformismo que el
marcador de El Helmántico reflejaba, puesto que los locales ganaban por tres
goles a cero al Atlético de Madrid “B”, certificando así la clasificación
matemática para playoff.
Pero en ataque seguían las
imprecisiones. Los azules eran incapaces de centrar balones al área de manera
adecuada, pues iban a las manos de Fernando o directamente fuera. En ese sentido, Manu Busto lanzó dos faltas
directamente a las manos del portero del equipo visitante, lo cual supuso
algunos silbidos para el jugador cántabro. Misma reacción del público al
descanso. Descontento con el resultado, pero sobre todo con la actitud de los
futbolistas, que se vieron superados en ganas por su rival.
La segunda mitad comenzaba con
una sustitución en el Real Oviedo. El desaparecido Manu Busto dejaba su sitio a
Xavi Moré, desplazando a Iker Alegre a la banda derecha y a Señé a la
mediapunta. El recién entrado jugador aportó cosas interesantes. Su mejora en
el estado físico, y sobre todo en el anímico, puede venir muy bien al conjunto
oviedista.
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David volvió al eje de la zaga. Jonás Sánchez |
En estos primeros minutos de la
segunda mitad, los azules tuvieron las ocasiones más claras. Cervero pudo
enviar a la red un par de buenos centros, que con la entrada de Xavi Moré en el
terreno de juego, comenzaban a llegarle. Pasado el minuto 60, una conexión
entre Señé y Moré, a punto estuvo de terminar en gol. El pase al hueco, previo
fallo del defensa vigués, no acabó en la red, puesto que el meta Fernando, se
anticipó al extremo azul y le birló la cartera antes de que este chutase.
Los azules seguían colgando
balones al área, con Cervero y Señé como rematadores sin éxito. Mientras tanto,
tranquilidad en la meta azul ante las escasas llegadas de los visitantes. Y en
el minuto 77, el equipo azul se quedó con uno menos. El defensa Martín
Mantovani veía la segunda cartulina amarilla por juego peligroso ante un
jugador del Coruxo.
Los visitantes apretaron un poco
más, pero Orlando Quintana desbarató las dos ocasiones del equipo gallego, que
tuvieron a Sergi y a Abenza como protagonistas. Por el Real Oviedo, solamente
lo intentó Xavi Moré, pero también sin consecuencia alguna.
Al final, empate a cero en el
marcador. Los oviedistas ven cómo el Caudal de Mieres les supera en la tabla, y
cómo el Leganés se mantiene a cuatro puntos en la segunda posición, quedando
seis por jugarse. Los azules, ahora mismo cuartos, sí que certifican su
presencia en los playoff tres temporadas después.
GRANERO: “CON EL UNO A CERO ESTO
HUBIERA CAMBIADO”
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El míster no estuvo satisfecho. Jonás Sánchez |
Al término del partido, el
entrenador azul se mostró desencantado con el encuentro de su equipo. “La
primera mitad no me ha gustado porque hemos estado muy espesos”, señaló
Granero, que sin embargo cree que “después del descanso hemos generado
ocasiones para ganar bien. Con el 1-0 el partido hubiera sido distinto.”
Además, el entrenador, que se
refirió al estado del terreno de juego, opina que “en la primera parte faltó
algo de intensidad, aunque el rival supo jugar con el tiempo”. Sobre el cambio
de Manu Busto, asegura que se debió a cuestiones técnicas, puesto que el Coruxo
supo neutralizar “la conexión Manu-Señé-Diego”.
El valenciano comparte la
reacción del público, ya que “pensaba que la mejor manera de conseguir la
clasificación para el playoff era ofreciendo buenas sensaciones”. Sin embargo,
asegura que “el equipo irá a por los dos partidos que quedan”.
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