domingo, 22 de junio de 2014

La marca Slim

El potencial que le da al Real Oviedo su alianza con el Grupo Carso abre las puertas a la posible entrada de más capital nacional o extranjero de cara a la futura ampliación de capital en la que la idea del club y del grupo inversor mexicano es que nuevas empresas o grupos inversores compren un importante paquete accionarial

Un viejo proverbio chino dice: "Regala a un hombre pescado y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y le alimentarán toda su vida". Una frase que viene como anillo al dedo para explicar los planes que el Grupo Carso tiene para el Real Oviedo. Arturo Elías Ayub no quiere que la aportación del grupo empresarial mexicano se limite solamente a inyectar dinero, como otrora hicieron en la Liga española grandes magnates extranjeros que llegaron a clubes en decadencia ofreciéndoles "el oro y el moro" y terminaron marchándose como el caballo de Atila, que por donde pasaba no volvía a crecer la hierba.

El planteamiento del Grupo Carso para el Real Oviedo es dotarle de autosuficiencia económica para que, esté o no el grupo empresarial mexicano en el club, el conjunto azul pueda ser capaz de sobrevivir en un mundo del fútbol cada vez más convulso, en el que muchos equipos están arrastrando -como ya le pasó al propio Oviedo- la resaca de años y años de fiesta y despilfarro económico que han traído como consecuencia deudas millonarias y amenazas de desaparición.

De aquellos polvos vienen estos lodos, y todavía el Real Oviedo carga en sus espaldas con la pesada losa que supone tener que satisfacer anualmente los compromisos de la deuda con Hacienda y la Seguridad Social. El crédito blando concedido por el Grupo Carso para poder realizar los pagos del convenio con estas dos entidades públicas demuestra la estrategia de los accionistas mayoritarios, presta un dinero que el Real Oviedo tendrá que devolver con el capital generado por su propia autosuficiencia económica.

¿Y cómo se consigue esta autosuficiencia? Un club de las magnitudes del Real Oviedo; con una masa social importante, con una deuda muy inferior a la de la mayoría de los clubes de su envergadura que hay en el fútbol profesional, con una ascendente repercusión mediática internacional, con una importante cantera que quiere volver a dar brotes verdes, etc...Es un club absolutamente viable en la LFP, especialmente en la actual. Es necesario pues retornar cuanto antes a la Segunda División. Pero esto no es nada nuevo, como ya señaló el presidente Jorge Menéndez Vallina, y anteriormente Toni Fidalgo, la situación económica no es buena, pero puede serlo en el momento en el que el Real Oviedo comience a ingresar como un club profesional, teniendo en cuenta el potencial de ingresos que tiene en función de los factores positivos citados anteriormente, cuyo impacto se multiplicará.

Lo atractivo que ya de por sí podría resultar el Real Oviedo en el fútbol profesional para posibles inversores se acentua con la clara apuesta que ha hecho el Grupo Carso por el club, y que se ha reforzado en los últimos meses con acontecimientos significativos como la llegada de Vallina a la presidencia, el aterrizaje de Joaquín del Olmo en Oviedo, las palabras cada vez más frecuentes y contundentes de Arturo Elías sobre el futuro de la entidad, la búsqueda de un entrenador mexicano, el reciente crédito de 600.000 euros, etc...Está claro que, ahora sí, Carso y el Real Oviedo navegan de la mano. Y, una vez identificado al Real Oviedo claramente como "el club de Slim", el Grupo Carso busca potenciar la marca del multimillonario empresario mexicano para atraer al Real Oviedo a nuevos socios con enjundia.

Se vislumbra una ampliación de capital en los próximo meses, que podría escoger la simbólica fecha de noviembre, mes en el que se cumplirán dos años de la anterior, en la que Carso entró en el club. Pero los objetivos esta vez no son "salvar al Oviedo" a la desesperada con la movilización del capital procedente de los bolsillos de sus aficionados. El propósito es que "la Marca Slim" atraiga al Real Oviedo a empresas que vean en el conjunto azul como una inversión en un club cuyo potencial a medio plazo les dará buenos beneficios. Con una doble vertiente; la posibilidad de adentrarse con una inversión inicial muy reducida y amplias expectativas de rentabilidad futura en la mejor liga del mundo para empresarios extranjeros -ya hubo conversaciones con rusos y asiáticos- o la repercusión mediática que puede dar asociarse con Carlos Slim para empresas asturianas o españolas con intereses en el extranjero.

Vender el Oviedo como una inversión con altas probabilidades de éxito avalada por la marca Slim es el mejor servicio que le puede hacer el Grupo Carso al club carbayón. Si consigue su proposito, y el Real Oviedo se convierte en noviembre en un equipo atractivo en el que invertir, la prosperidad a medio-largo plazo puede estar asegurada. Pero para ello la afición volverá a jugar un papel fundamental, lograr los 15.000 abonados ayudaría mucho a potenciar la marca Real Oviedo vinculada al grupo inversor mexicano.

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