Los azules fueron superados
claramente por el conjunto armero
La afición volvió a estar por
encima de las expectativas
S.D. Eibar: Xabi; Bóveda,
Añibarro (Arregui, minuto 81), Raúl Navas, Yuri; Capa (Diego J., minuto 70),
Errasti, Dani García, Abaroa (Mainz, minuto 49); Guille Roldán y Arruabarena
Real Oviedo: Orlando Quintana;
David Fernández, Baquero, Mantovani (Pepe Díaz, minuto 75), Álvaro; Xavi Moré,
Aitor Sanz, Cerrajería (Héctor Simón, minuto 56), Casares; Señé (Manu Busto,
minuto 56) y Cervero
No pudo ser. La crueldad
futbolística se volvió a cebar con el Real Oviedo. El conjunto carbayón no fue
capaz de darle la vuelta a la eliminatoria por el ascenso frente al Eibar y se
ve abocado a otra temporada más en Segunda División “B”, fuera del fútbol
profesional. Los azules se vieron superados por el equipo vasco prácticamente
en todos los momentos del partido y el marcador final representa con justicia
lo visto durante el encuentro.
El conjunto asturiano no fue
capaz de lanzar ninguna vez entre los tres palos de la meta de Xabi Irureta,
mientras que los locales sí que causaron peligro en varias fases del partido.
El Eibar se mostró como un equipo sólido y es uno de los principales candidatos
al ascenso.
Sin embargo, la afición azul
volvió a cumplir con creces. A pesar de que el conjunto armero solamente
facilitó trescientas entradas a los seguidores carbayones, estos duplicaron su
presencia en Ipurúa, en uno de los fondos del estadio.
Carlos Granero introducía dos
modificaciones en su once titular; Cerrajería y Señé eran de la partida en
detrimento de Héctor Simón y Manu Busto, que esperaban su opción desde el
banquillo. El resto del equipo para tratar de obtener la remontada era el mismo
que en el encuentro de ida.
Xavi Moré se va de un rival. Jonás Sánchez |
A pesar que desde la grada se
mascaba ambiente de remontada, el equipo no se vio contagiado y siguió pecando
de errores pasados, abusando en exceso de balones en largo y no siendo capaces
de elaborar jugadas de varios pases. El Eibar, por su parte, se aplicó en
defensa impidiendo que el Real Oviedo causase sensación de peligro en sus
ataques.
De este modo, comenzaba golpeando
primero el equipo de Garitano, quien optó por repetir el once de la ida. En el
minuto seis, un derechazo de Capa se estrellaba en el travesaño. El extremo
diestro fue un auténtico quebradero de cabeza a lo largo de todo el encuentro.
Su velocidad volvió loca a toda la defensa azul.
Poco después el Real Oviedo
contrarrestaría esta ocasión mediante un chut de Xavi Moré que se iba a la
izquierda de la meta defendida por Irureta. Los oviedistas lo intentaban pero
sin llegar a culminar más jugadas. Señé cogió los galones del equipo carbayón y
era el futbolista catalán el que más fútbol ponía para el equipo visitante. Los
locales, por su parte, aprovechaban su velocidad y creaban peligro mediante
balones a la espalda de la defensa azul.
Guille Roldán tuvo una clara
oportunidad en el minuto 22, tras burlar a David Fernández. Sin embargo,
Baquero estuvo ágil para evitar mayor peligro. Los eibarreses se dedicaban a
colgar balones al área por parte de sus extremos, aunque la mayor parte de esos
centros iban a parar a las manos de un Orlando Quintana que hoy volvió a estar
correcto.
Si en otros partidos los azules
estaban acertados al menos a balón parado, en el de ayer ni eso. Un claro
ejemplo fue la falta que Señé botó en el minuto 32, cuyo envío iba directamente
fuera al no entenderse con Galder Cerrajería. Por parte del Eibar, Guille
Roldán seguía siendo su principal amenaza.
También Xavi Moré llegó a causar
cierto peligro en su banda mientras le duró el fuelle, esto fue, en el primer
tiempo. Yuri, su defensor, llegó a volverse loco en algunas acciones, aunque el
extremo diestro del Real Oviedo centraba después sin acierto.
La reanudación pareció sentarle
mejor al Eibar, que veía como con un cero a cero le valía para superar la
eliminatoria. Sin embargo, la primera ocasión clara venía para un Javi Casares
que no había aparecido en exceso en la primera mitad. Su disparo se iba alto.
Posteriormente, un centro de Xavi Moré a punto estuvo de ser gol, ante la
indecisión del meta Irureta y uno de sus defensores. La mala fortuna volvía a
aparecerse a los oviedistas.
Garitano volvía a repetir alguno
de los movimientos de la ida, introduciendo a David Mainz en detrimento de
Abaroa. Mientras tanto, en el Real Oviedo los revulsivos fueron Manu Busto y
Héctor Simón, quienes ocuparon el lugar de Cerrajería y Señé, los dos mejores
futbolistas del carbayones hasta entonces.
David Fernández recrimina una acción al rival. Jonás Sánchez |
En estos compases de la segunda
mitad, las acciones de ataque azules no eran culminadas, ya que el árbitro
invalidaba las jugadas. Esto sucedió con una mano de Cervero o con diversos
fueras de juego como aquellos en los que incurría Javi Casares. Tampoco las
jugadas a balón parado resolvían nada al equipo carbayón a pesar de la entrada
de Manu Busto.
El tiempo se iba agotando y la
reacción no llegaba. Los nervios comenzaban a aparecer y el Eibar, experto en
estas lides, utilizaba sus recursos. Y
entre tanto, Granero quemaba sus naves. Consciente de que el equipo necesitaba
dos goles, ante la lesión de Mantovani, no tuvo más remedio que arriesgar y dar
entrada a Pepe Díaz.
Y ahí el Real Oviedo se vino
completamente abajo. En el 77, Yuri remataba un córner al palo, siendo esta
jugada el preludio de lo que iba a ocurrir un minuto más tarde. Arruabarrena
ganaba la línea de fondo y dejaba el cuero a Guille Roldán, para que este batiera
a Orlando Quintana. En la teoría nada cambiaba, el Real Oviedo seguía
necesitando dos goles, pero en la práctica sí. Sin tirar a puerta y con tan
solo doce minutos por delante, se antojaba misión imposible.
Así fue, puesto que en el
ochenta, Mainz estuvo a punto de sentenciar la eliminatoria, pero Orlando
Quintana resolvió a la perfección el mano a mano con el delantero local. El
Eibar quiso que el encuentro muriera con su gol de ventaja, y apenas se jugó
mucho más. Los azules solamente consiguieron crear peligro mediante jugadas a
balón parado y centros que iban directamente a las manos de Xabi Irureta.
Final esperado para todo aquel
que vio el encuentro. Una de las máximas del fútbol es que si no se tira a
puerta es imposible anotar un gol, y esto fue lo que le ocurrió al Real Oviedo
en el día de ayer. El fútbol volvió a golpear al equipo asturiano, quien ya se
acostumbra a estos finales dramáticos. Toca pensar ya en la próxima temporada,
donde a buen seguro, se volverá a dar el do de pecho.
“YO Y ESTOS TÍOS ESTAMOS
ORGULLOSOS DE VOSOTROS. SOIS EL ALMA DE ESTE EQUIPO”
No fueron las palabras de Carlos
Granero, sino las del capitán, Aitor Sanz. Al término del encuentro los
jugadores del Real Oviedo fueron a agradecer el apoyo de los aficionados,
quienes seguían aplaudiendo y entonando cánticos a favor del equipo entre
lágrimas y gritos de rabia.
Los jugadores aplauden a la afición. Jonás Sánchez |
Entonces, los futbolistas azules
se retiraron a la caseta para después, volver a salir. Fue cuando el capitán
pronunció esas palabras entre emotivas consignas repetidas por los aficionados
azules. Las lágrimas entre los futbolistas del Real Oviedo se sucedían al
tiempo que lanzaban sus prendas a la grada.
Ya en rueda de prensa, el míster azul comenzaba reconociendo los méritos de su
afición para después asegurar que “al equipo no se le puede reprochar nada”.
Granero aseguró que “lo hemos intentado de todas las maneras y es complicado.
El equipo lo ha dejado todo en el campo.”
En relación a su futuro, el
valenciano apostaba por su continuidad “si el proyecto para la próxima
temporada es para ascender y es serio”. Además, fue muy explícito a la hora de
detallar el estado anímico de sus hombres “ el vestuario está jodido”, mientras
que no escatimó a la hora de felicitar a su rival “por el comportamiento que
han tenido con la gente del Real Oviedo”.
El míster azul cree que “con esta
química entre equipo y afición, se volverá pronto al fútbol profesional”.
Además, asegura que se debe concretar pronto la presencia de un entrenador para
la próxima temporada “no se puede perder el tiempo y creo que el club está
trabajando” y urge a planificar ya la
campaña siguiente “conmigo o sin mí”.
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