domingo, 27 de octubre de 2013

Ni contra 8

  • El equipo fue incapaz de ganar frente a ocho jugadores
  • Los azules no encuentran el juego y siguen dando facilidades en defensa, especialmente a balón parado.
  • El Oviedo se ha dejado ya trece puntos por el camino, siete como local.

Real Oviedo: Orlando, Alba, Javi Hernández, Pardo, Sergio Rodríguez, Salva Rivas, Susaeta (Eneko, min. 60), Annunziata (Señé, min 68), Héctor Simón (Alain, min.60), Sergio García y Cervero
Zamora: Imanol, Dani Mateos, Prada, Trigo, Ramiro, Garretas, Miguel Santos (Dalmau, min 90), Di Biase, Montero, Jorge Hernández  (Cristian, min 74) y Rubén Sánchez (Javi Sánchez, min 85)

    El Real Oviedo, gris como de costumbre, volvió a dejarse dos puntos en el camino ante un Zamora que acabó el encuentro con ocho jugadores tras las expulsiones de Di Biase, Ramiro y Montero. Ante esta situación, los de Granero fueron incapaces de mover el balón rápido y firmaron un cero a cero que fue respondido desde la grada con música de viento y algún que otro pañuelo.
   
    Los azules comenzaron el encuentro con un 4-1-4-1 en el que Salva Rivas actuaba de pivote por delante de la defensa. El ex del Sevilla Atlético, cada vez que recibía el balón, no tenía ningún apoyo y es que, desde el banquillo, se decidió adelantar a un Héctor Simón que estuvo desaparecido y que incluso en ocasiones era el jugador más adelantado del equipo. Solo mejoró el Oviedo cuando Annunziata bajó a recibir. Incluso Cervero estuvo más en el medio del campo que Simón, algo que resume la mala disposición del once carbayón. Alba volvió al lateral derecho y Javi Hernández fue la novedad al entrar en el centro de la defensa por David Fernández.
   
    No comenzó mal el partido el Real Oviedo y con un Sergio García, que dejó a Eneko en el banquillo, siendo el más incisivo y aprovechando el espacio en la banda izquierda llegaron las primeras ocasiones, en un cuarto de hora en el que se podía haber inaugurado el marcador. El primer aviso fue un centro raso que se paseó por el área y al que Annunziata no llegó por poco.
   
    En la siguiente jugada, Cervero conectó con Sergio García y este, con una buena maniobra, logró generarse el espacio para sacar un buen disparo que, tras pegar en un defensor zamorano, se fue a saque de esquina. La siguiente opción fue un remate que David Alba envió arriba con todo a favor tras una nueva buena internada de Sergio por la izquierda.
   
    A partir de este momento, las pocas luces que se habían encendido en los azules se apagaron y pasó lo que ya es una tradición. La fragilidad defensiva volvió a aparecer ya pasado el ecuador del primer periodo para, en un balón bombeado a balón parado, permitir recibir al delantero zamorano en el área, darle facilidad para que se girara y permitir que tirara ante la pasividad de la zaga. El esférico se fue por línea de fondo y los primeros pitos de disconformidad se originaban en la grada.
   
    Con el Oviedo perdido apareció una jugada aislada. Annunziata, lo único salvable, buscó el hueco y disparó con colocación. Se cantaba el gol cuando el balón se marchó al poste. El rechazo le cayó a David Alba que lo volvió a enviar a los aficionados.
   
    Hasta el descanso, un tiro raso de falta de Pardo que se marchó fuera y un remate de cabeza de Simón muy desviado fueron las opciones del Real Oviedo. Por su parte, el Zamora tuvo su ocasión en la última jugada de la primera mitad. La jugada acabó en un saque de esquina que se sacó sin consecuencias.
   
    El Oviedo comenzó peor la segunda parte. Sin lograr generar juego, fue el Zamora quien primero lo intentó con un disparo con el exterior que Orlando Quintana atrapaba sin ningún tipo de problemas. Hubo que esperar hasta el minuto cincuenta y ocho para ver, por llamarlo de alguna manera, la primera oportunidad de los azules. Un tiro blando de Héctor Simón, fácil para el portero visitante.
   
    Con este panorama Granero movió el banquillo y dio entrada a Eneko y Alain por Héctor Simón y Susaeta, respectivamente. Era el minuto sesenta y Sergio García pasaba a la banda derecha.

    El equipo no notó mejoría y siguió sin poner en apuros al Zamora. Desde el banquillo se siguió moviendo ficha y en esta ocasión fue Señé quien saltaba al terreno de juego, siendo Annunziata el hombre sustituido, algo que sorprendió a algunos aficionados, que recibieron al catalán con aplausos.
   
    Sin embargo, todo estuvo a punto de ir a peor cuando el Zamora botó una falta y la defensa azul volvió a hacer aguas para permitir a Montero controlar solo en el área y disparar a bocajarro. Orlando respondió con una gran parada y la zaga acabo despejando el esférico.
  
    Minuto setenta y cinco. En una jugada, aparentemente sin importancia, Di Biase se ganaba la segunda amarilla y era expulsado. Se le ponía de cara el partido a los de Granero, que no habían creado ninguna ocasión de peligro en todo el segundo periodo.
   
    Esta llegó a diez minutos para el final. Señé, que jugaba de medio, llegó a zona de ataque, controló y enganchó una volea que se fue centímetros por encima de la meta zamorana.
   
    Poco después comenzó el lío. Ramiro era expulsado con roja directa, las tanganas se sucedían y Montero, en un alarde de poca vista, también se iba antes a los vestuarios por tardar en salir del campo cuando iba ser sustituido.
   
    Era el momento. Contra ocho jugadores y cinco minutos para el final más el descuento, los azules debían ganar el encuentro. Pero los carbayones no supieron jugar y metían balones al área sin control que acababan siendo rematados de chilena, eso lo resume todo.
   
    Solo Señé, ya en el noventa, supo qué hacer para lanzar un gran zurdazo que se estrellaba en el poste derecho de la meta visitante.
   
    Seis fueron los minutos de descuento, que fueron más tras una lesión del portero zamorano. Sin embargo, los de Granero no sabían qué hacer y hubo que esperar a la última jugada del encuentro. Eneko ponía en juego un saque de esquina que fue peinado en el primer palo y Alain, con el portero batido y la portería delante, hacía lo más difícil y mandaba el balón al segundo anfiteatro.
   
    Así finalizaba un nuevo capítulo para olvidar en la vida del Real Oviedo en esta temporada. Ya son siete los puntos perdidos como local, algo que hace dudar a la gente, que empieza a ver que no hay tan buena materia prima como se creía y que la existente no está bien manejada desde el banquillo.
   
    Ahora los de Granero deben levantarse para encarar dos partidos claves. El primero este miércoles en León frente a la Cultural Leonesa y el siguiente el próximo domingo frente al Racing de Santander de Paco. Seis puntos que son imprescindibles para que las aguas no se salgan de su cauce.

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