Los azules han marcado seis goles
en jugadas de falta, penalti o córner
Otras dos, en rechaces de las
mismas.
En una categoría como la Segunda “B”
los partidos se deciden por detalles. Esa es una de las frases más utilizadas
por los entrenadores de la categoría en las salas de prensa. Y que se lo digan
al Real Oviedo. Las jugadas de estrategia han dado gran número de puntos al
equipo carbayón, y es que, de los trece tantos anotados por los de Granero,
ocho provienen de jugadas a balón parado.
Burgos comenzó la cuenta. Uno de
los dos tantos fue anotado por Diego Cervero desde los once metros. A la
jornada siguiente, frente a la SD Noja, otro tanto carbayón provino de la
estrategia, el 1-0, por mediación de Pardo. El ex del Recreativo de Huelva
marcaba con un potente cabezazo al rematar un córner.
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Pardo celebra su tanto ante la SD Noja. Jonás Sánchez |
Ante el Tropezón, el segundo
tanto azul es fruto de múltiples rechaces al borde del área tras un saque de
esquina. El cuero le cayó a Jon Erice, que puso la pelota donde el meta
cántabro no pudo detenerla. Ante el Logroñés, los dos tantos están originados
por sendas faltas. El primero de ellos con un acrobático remate de David
Fernández, el madrileño establecía el empate a uno. Minutos después, el
trallazo de Pardo remontaba el choque.
Ni ante el Ourense, ni ante el
Coruxo las acciones a balón parado dieron sus frutos al conjunto azul, pero sí
lo hicieron en Miramar, y por partida doble. Primero el penalti de Diego
Cervero en la primera mitad y posteriormente el gol en propia de Espolita, tras
el lanzamiento de falta de Néstor Susaeta.
Y la pasada jornada, ante el Real
Avilés, llegaría el octavo. Tras botar una falta los carbayones, el cuero le
cae a Eneko en la banda izquierda. El desborde del ex del Sabadell le permitió
colgar la pelota al área para que Diego Cervero remachara a gol.
Cervero ha sido el principal
beneficiado de este tipo de jugadas, con tres tantos, dos de ellos de penalti.
Le sigue Pardo, con dos goles, y finalmente David Fernández, y Jon Erice, con
un tanto.
La clasificación también habría
cambiado si los azules hubieran desaprovechado todas estas jugadas. Se habrían
perdido dos puntos en Burgos, uno ante el Noja, dos ante el Tropezón, los tres
ante la Unión Deportiva Logroñés, los tres ante el Marino y dos frente al Real
Avilés. De este modo,los oviedistas ocuparían puestos de descenso, con tan solo
tres puntos cosechados, solamente superando al Caudal Deportivo por
goalaverage.
Pero la realidad es bien
distinta. La eficacia goleadora en este tipo de jugadas es bien favorable al
Real Oviedo y prueba de ello son los números. Ocho goles de trece. Que la
pizarra de Granero siga funcionando.
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