El Real Oviedo ha ganado
solamente uno de los cinco partidos que ha jugado como visitante en 2013
Tres derrotas, un empate y una
victoria es el bagaje azul
La media inglesa. Dícese de
aquella forma de sumar puntos en una competición futbolística regular que,
basándose en ganar todos los partidos como local y empatar aquellos que se
juegue fuera de casa, sería suficiente para ser campeón. De ese modo, se
lograrían 76 puntos, cifra considerable para ser líder en un grupo como el Real
Oviedo.
Al inicio de liga, sacar cuatro
de cada seis puntos debería valer, pero no ahora si se pretende dar caza al
líder Tenerife. Y así tener más fácil el ascenso al acceder como primero al
playoff.
Pero los últimos encuentros fuera
de casa no dan lugar a la esperanza. Cuatro puntos logrados de quince posibles,
y una muy mala imagen ante equipos que se encuentran situados en los puestos
bajos de la clasificación.
Haciendo una buena temporada en
el Carlos Tartiere, la asignatura pendiente de los azules pasa por los
encuentros disputados lejos de su feudo, y los últimos partidos que se han jugado
como visitante preocupan. Al menos en lo que va de 2013.
El año comenzaba con un mazazo
como la derrota por cuatro goles a uno contra el filial del máximo rival. El
equipo no mostraba su cara buena en el feudo sportinguista, y a pesar de
adelantarse en el marcador, los gijoneses les pasaron por encima.
Fuenlabrada fue la excepción. Jonás Sánchez/Ignacio Felgueroso |
Sin embargo, el siguiente
encuentro fuera de casa, ante un equipo clasificado en la parte alta, como es
el Fuenlabrada, los de Sarriugarte jugaron uno de sus mejores encuentros de la
temporada. Creando ocasiones muy claras y siendo sólidos atrás, el partidazo de
Iker Alegre en particular y del equipo en general, no pasó desapercibido, y la
euforia se disparó. El Real Oviedo recortaba puntos al Tenerife y el equipo
soñaba. Los goles de Diego Cervero y de David Fernández ese día permitían
pensar en lo más alto.
Pero Fuenlabrada fue un
espejismo. Así lo demuestra el resto de partidos jugados fuera. Contra el
Alcalá, equipo que se encuentra en descenso, el Real Oviedo cayó por 2-1, mismo
resultado que ante el Marino de Arona, equipo que se encuentra casi descendido
a Tercera. En ambos encuentros el conjunto azul no encontró soluciones ni
argumentos para ir a por el partido, y veía como su principal rival, el
Tenerife, se iba hasta los ocho puntos de diferencia.
El último encuentro, ante el CD
Ourense, dejó sensaciones encontradas para los oviedistas, que viéndose superiores
al rival en cuanto a posesión, no fueron capaces de crear más de una ocasión clara
en todo el encuentro.
La buena dinámica que se está
llevando en el Carlos Tartiere no puede verse empañada por esta pobreza de
resultados fuera de casa. Y es que hay que tener en cuenta que, cada punto
cuenta para lograr el objetivo. Lejos del Tartiere, este balance de cuatro
puntos de quince, puede llegar a resultar pobre, puesto que las derrotas
lastran mucho al equipo. Un dato para la esperanza, el Tenerife solamente ha
sumado dos puntos más que los azules en sus últimas salidas (aunque se muestra muy fuerte en casa, donde ha ganado los cinco últimos).
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