No había regresado a ese estadio desde entonces
Jornada 36 del campeonato nacional
de liga de Segunda División “B” en el Grupo II. Corría un 13 de mayo y los
azules querían apurar sus opciones de evitar el descenso a Tercera División
tras una temporada nefasta. El equipo, dirigido por Ismael Díaz Galán, después
de que otros dos entrenadores hubieran estado al frente del cuadro carbayón,
Toño Velázquez y Ramiro Solís.
Ricardo y Fede Bahón tras el partido. TPA |
Las perspectivas de salvación no
eran nada halagüeñas. Con la salvación a ocho puntos, a falta de tres jornadas, los azules deberían
ganar todo y esperar pinchazos sistemáticos de los equipos que ocupaban puestos
de promoción de descenso; el Valladolid “B” o el Alfaro.
Una derrota, o un empate de los
oviedistas en El Plantío, les dejaba sin opciones matemáticas de obrar el
milagro. La inercia del equipo tampoco era positiva. Sin ganar desde la jornada
26, donde el Real Oviedo se impuso al Amurrio en el Tartiere, y sin hacerlo fuera
de casa en toda la competición, las esperanzas eran pocas, por no decir nulas.
Díaz Galán formó aquel día con
Iván Cabrero bajo palos, Pablo López en el lateral derecho y Carlos Guerra en
el izquierdo, para dejar el eje de la zaga a Fede Bahón y a Ricardo. El centro
del campo, más poblado de lo habitual, dio lugar a un trivote con Servando,
Rotundo y Michu. La banda derecha del ataque estuvo ocupada por Sergio
Villanueva y la izquierda por Moisés Lazo. Arriba, un Nacho García a la espera
de cazar alguna de las pocas oportunidades que el equipo generara. Y es que el
delantero que se presumía que iba a marcar las diferencias marcó tres goles
aquella temporada.
El Burgos, con jugadores en sus
filas como el ex del Real Oviedo Vetusta Aurreko, Aritzs Mújika, o Asier
Goiria, fue superior al Real Oviedo. Con el ahora técnico del Mirandés,
Arconada, en el banquillo, el cuadro asturiano no tuvo opciones de ganar el
encuentro, ya que un tempranero gol de Goiria en el minuto 15 ponía las cosas
cuesta arriba para los azules.
Las sustituciones tampoco
sirvieron para cambiar las cosas. Pepín y Jon Carrera entraron en el terreno de
juego por Pablo López y Moisés, en un afán de volcar al equipo al ataque. Aunque
no fue así, el Real Oviedo no logró anotar en todo el segundo tiempo, pese a
que Díaz Galán se la jugara con otro cambio ofensivo, al deshacer su trivote
para introducir a Raúl Castillo por Servando.
El segundo tanto del Burgos fue obra de Bayón. TPA |
Samuel Bayón ponía la puntilla en
el minuto 74, tirando por tierra todas las opciones asturianas de remontar, y
de salvarse. El Real Oviedo, anonadado, no encontró la portería en los 16
minutos restantes, conscientes ya de su descenso matemático.
De entre los jugadores del Real
Oviedo que disputaron ese encuentro, aparte de Michu, que ahora triunfa en el Swansea
inglés (ayer anotó otro tanto en la Europa League), Servando ha logrado la
pasada temporada el ascenso a Segunda con el Jaén, reconvertido a defensa
central. Pablo López jugó en el Montañeros hasta la 2011-2012, fecha en la que
el club gallego desapareció. Carlos Guerra, en las filas del Linense, disputó
promoción de ascenso a Segunda también en la 2011-2012 e Iván Cabrero fue
portero de la SD Noja hasta la pasada temporada.
Se consumaba así el episodio más
triste del oviedismo, un descenso a Tercera División en el campo (a diferencia
del de 2003, que se vivió en los despachos). Las cosas serán diferentes mañana
en El Plantío. El Real Oviedo llega con otras aspiraciones bien distintas al
inicio de esta competición. Con un cuerpo técnico que parece saber lo que hace
y con unos refuerzos que darán, a priori, un salto de calidad al equipo. Sin
embargo, hay que tener presente el dicho de que “quien olvida su historia,
estará condenado a repetirla”, por lo que episodios como el de El Plantío
permanecen aún en la memoria oviedista.
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