sábado, 11 de enero de 2014

Mucho remar... (81-75)

El Oviedo Baloncesto casi culmina la remontada en el último cuarto
Las ausencias de los interiores, clave

Para morir en la orilla. Así deben sentirse los jugadores del Unión Financiera Baloncesto Oviedo tras el choque que ayer les enfrentó ante Melilla. Los de Guillermo Arenas acudieron al Javier Imbroda plagados de bajas y tras tres malos cuartos, en el último periodo se estuvo a punto de obrar el milagro.

Sin Fitzgerald, Héctor Macía y Juan José García, el juego interior recaería en Kevin Van Wijk esencialmente, junto a las aportaciones de Garrett y del debutante Raúl Quirós, aunque sin demasiado acierto, ya que el rebote defensivo fue una de las facetas menos dominadas por los carbayones.

Van Wijs peleando una pelota.
Oviedo Baloncesto
El encuentro comenzó con problemas, ya que los locales comenzaron a sacar ventaja al equipo que dirige Guillermo Arenas. Los escasos números en el rebote defensivo, así como despistes en las jugadas de saque de fondo, costaban puntos a los azules. El marcador llegó a reflejar un 18-9, pero la actuación de Cárdenas impidió que el desastre en los primeros diez minutos fuera mayor. Una nota positiva fue el debut de Raúl Quirós con el primer equipo en los segundos finales.

La debacle llegó en el segundo periodo. Donde de nuevo la falta de intensidad salía cara al equipo carbayón. Durley comenzaba a sentirse cómodo desde la línea de tres y los locales aumentaban su diferencia. Al descanso se llegó con un 42-26, preocupante cifra de anotación para el cuadro asturiano. Álvaro Muñoz fue el más destacado con 10 puntos en el intermedio.

La reanudación fue el quiero y no puedo del Unión Financiera. La ventaja para Melilla acabó en diecisiete puntos ya que los de Alejandro Alcoba ganaron también el parcial de este cuarto. Guillermo Arenas volvió a la táctica que le resultó efectiva ante Breogán, jugar con cuatro exteriores en cancha y con Kevin Van Wijk como única referencia en la pintura. Renunció así el entrenador a la presencia de Garrett o Raúl en cancha.

Además, se le unía la defensa en zona, recurso utilizado habitualmente por el entrenador carbayón.  Un rápido parcial de 8-0 recortaba distancias al inicio del último cuarto y el club carbayón tenía tiempo para acercarse. La diferencia se mantuvo en nueve puntos durante varios minutos, pero la intensidad del equipo ovetense iba en aumento. A falta de tres minutos, nueve puntos seguía siendo la ventaja para el Club Melilla Baloncesto.

Una canasta de Van Wijk, otra de Álvaro Muñoz, un triple de Cárdenas y un tiro de dos de Agustín Prieto recortaban la ventaja del equipo local en poco más de dos minutos. A falta de 53 segundos, las buenas defensas del Oviedo Baloncesto, y el acierto en ataque, habían empatado el partido. Durley no falló en su siguiente acción (77-75) y posteriormente Cárdenas sí falló su canasta. Agustín Prieto cometió falta personal de tiro y el carrusel desde la línea de 4,60 favoreció al conjunto de Alejandro Alcoba para finalizar el choque con un 81-75.

El cuadro de Guillermo Arenas rozó la machada, únicamente movido por las ganas y la entrega de sus jugadores en el último cuarto, donde llegaron a igualar una desventaja de 17 puntos. La mala suerte se cebó con los carbayones, que sin embargo, no pierden el basketaverage ante Melilla.

El mejor en el cuadro carbayón fue Álvaro Muñoz que acabó el choque con 18 puntos y 20 de valoración, misma cifra que Van Wijk, con 17 puntos. En Melilla, Héctor Manzano logró 41 de valoración (sin fallo ni en tiros de campo ni en tiros libres). Otro dato, el conjunto local capturó 41 rebotes, de los cuales 14 fueron ofensivos. Ahí se escapó el partido para el Unión Financiera.

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