viernes, 28 de marzo de 2014

Tres jornadas sin marcar. ¿Por qué?


Los azules acumulan 276 minutos sin anotar.
El juego plano y previsible del equipo no facilita la creación de ocasiones.
El esquema plantea algunas dudas.

   
      El Real Oviedo de la era Robles no ha conseguido anotar en los últimos tres encuentros ligueros. Este déficit se ha traducido en dejarse en el camino ocho de nueve puntos en juego y caer, aunque solo por el momento, a posiciones que no dan derecho a jugar el play off de ascenso. Sería fácil decir que esto puede ser una mala racha o una pura cuestión de azar, incluso se puede acudir a la típica frase hecha de "la pelota no quiso entrar". No hay duda de que podemos encontrar algo de todo esto, pero no sería justo dejarlo ahí y evitar hablar de otras causas que desembocan en esa falta de puntería. Nos centraremos en el juego el equipo y en el esquema de juego.

Pardo juega el balón en El Sardinero. Foto: Hugo Álvarez García
     Los azules se han convertido en un equipo previsible, que realiza un juego plano, de mucho pase horizontal, carente de profundidad y por consiguiente, extremadamente fácil de defender para los rivales. En dos de los tres partidos en lo que el Real Oviedo no ha conseguido anotar, Erice se introdujo constantemente para dar salida al balón. Hasta ahí bien. El problema viene cuando el mediocentro recibe el balón y no tiene ningún apoyo para dar un pase entre líneas y buscar más verticalidad. Solo Señé trata de ofrecerse, pero no es suficiente. ¿Qué ocurre?. Los jugadores, que son profesionales y llevan años en este deporte, se dan cuenta de la falta de ideas del equipo y se recurre a una jugada que hemos visto mucho durante estos encuentros. Pardo levanta la cabeza y desplaza el balón en largo hacia la posición de Señé. Sin embargo, el catalán nunca recibe en ventaja al estar bien cubierto por lo estático de los jugadores y tiene que ir a la disputa. Ahí tiene las de perder.


     Vamos un paso más allá. ¿Está clara la propuesta de juego del Real Oviedo?. En Santander no hubo apenas combinaciones y las que hubo fueron de pases de dos metros. Frente al Racing, los de Robles optaron por mucho balón en largo hacia Alain. No ganó prácticamente ninguna y cuando lo hizo, el equipo estaba tan separado que el vasco no tenía ninguna opción clara de apoyo. 

     Todo esto trae como consecuencia ese juego plano, sin ideas y estático, que ante equipos que esperan defendiendo, provoca que no se generen ocasiones de gol. De ahí el reciente problema goleador. Digo reciente porque los encuentros frente a Avilés y Guijuelo, en lo que se marcó, son engañosos. Si nos fijamos, ambos son equipos que buscan jugar y tras pérdida, es más fácil crearles ocasiones. Aún así, frente a los salmantinos, el Real Oviedo gana con un rebote y un fallo estrepitoso de uno de los centrales visitantes. 

     Si nos centramos ahora en el esquema de juego, los azules parten de un 4-3-3 que, especialmente en los dos primeros partidos de Robles como entrenador, se convertía en un 4-1-4-1 que propiciaba más llegada desde la segunda línea. Tras esos dos encuentros, todo esto ha ido menos y se nota. El 4-3-3 es un esquema de juego que precisa de mucho movimiento y dinamismo de los jugadores, algo que no se ve ni en el medio del campo, ni en la línea atacante. 

Alain pelea por la posición en Zamora. Foto: Hugo Álvarez García
    Además, es conveniente que los tres atacantes sean veloces para poder desbordar e inventar algo que pueda generar algo beneficioso para el equipo. Ni Susaeta, ni Alain, ni Señé brillan por velocidad y eso hace más lentos a los azules. Por otro lado, la mayoría de estos jugadores piden el balón al pie para intentar crear, pero eso hace que no aparezca la profundidad al no haber movimientos al espacio e intercambio de posiciones.


     Para terminar el análisis, y siempre desde el punto de vista personal, creo que al Real Oviedo no le beneficia jugar con un único punta, especialmente si este no es muy veloz y no busca movimientos a la espalda. Quizás el único que puede aportar eso sea Sergio García. Por tanto, me gustaría un equipo que probase a jugar con dos delanteros que se complementen. 

     Mañana a las 21 horas, el Real Oviedo tiene que buscar una victoria que le haga volver a puestos de play off. Los azules tienen que solucionar el problema del gol. La razón es sencilla, para vencer hay un requisito indispensable, marcar.


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